Los perfiles de prevención específicos son Check-Ups diseñados para investigar posibles factores de riesgo en una fase temprana y abordar necesidades sanitarias específicas. El perfil de prevención del melanoma incluye un examen médico preliminar y un examen final, realizados por el médico coordinador del Check Up.
El melanoma es un cáncer de piel muy frecuente que se origina en los melanocitos, las células que producen la melanina. El melanoma aparece principalmente en piel sana (ex-nueva) donde no hay ningún lunar o, con menor frecuencia, puede formarse a partir de un lunar existente. Cualquier zona de la piel, especialmente las más expuestas al sol, puede verse afectada por el melanoma, pero también puede aparecer en zonas cubiertas como las plantas de los pies, los genitales, el cuero cabelludo y otros lugares como el ojo y la mucosa de la cavidad oral.
Los principales factores de riesgo del melanoma son un fototipo claro (piel blanca, pelo pelirrojo o rubio, ojos claros, facilidad para las quemaduras solares), antecedentes familiares o previos de melanoma, la presencia de un número elevado de lunares, la exposición al sol y el uso de lámparas UV, y la predisposición genética.
El examen dermatológico, a través de la exploración clínica, permite identificar a las personas de riesgo (por fototipo, por ejemplo), investigar posibles factores genéticos, ambientales e intercurrentes de la enfermedad, y orientar al paciente hacia exámenes instrumentales específicos, como la dermatoscopia y la videodermatoscopia, y revisiones frecuentes.
La inspección de lunares consiste en observar los nevos mediante un dermatoscopio, es decir, un instrumento especial equipado con un microscopio de epiluminiscencia. Se trata de un procedimiento indoloro que permite al médico ver detalles del lunar que no son visibles a simple vista e interceptar así el posible desarrollo de un melanoma en sus primeras fases. En personas con alto riesgo de cáncer de piel, también es posible realizar un "mapeo de lunares" con videodermatoscopia, es decir, grabar y comparar las imágenes de los lunares en posteriores revisiones dermatológicas, para detectar cualquier pequeño cambio. De este modo, se puede detectar a tiempo una lesión maligna y planificar la extirpación quirúrgica con examen histológico.
